Mi bañera es muy grande.
Es como esas de películas antiguas, ¿sabes cómo digo?
Redonditas, blancas y brillantes. Sólo falta Audrey Hepburn dentro dándose un baño con mucha espuma. Yo también me doy baños así, pero no tengo cara de película.
Y tengo un pato de goma, verde, de lo más bonito.
Pero yo no lo uso, que tengo diecisiete años, soy una persona demasiado madura para esas cosas (en realidad no, me encanta meterlo en la bañera y hacer el ruido de los patos mientras me enjabono).
Y las chicas guapas beben champán mientras se quitan la espuma, pero a mi siempre se me acaba metiendo espuma en la copa, y el champán no sabe tan bien. Pero lo mejor de mi bañera es que al ser tan grande caben dos personas. Y siempre que me descuido Álvaro está dentro de ella, con las gafas de bucear puestas, para darme un beso submarino y espumoso, como las burbujas del champan que no tomamos.
4 comentarios:
ay que gracioso el texto
acaban de entrarme ganas de un baño a muerte!
pues no sé que decirte, yo es que los patitos siempre los he preferido amarillos.
es realmente bonito este pasatiempo, com burbujas o sin :)
pd: yo tengo los mismos años y a pesar de eso juego en la bañera, a ser sirena, a ser pez, a ser algo diferente.
Me encanta bañarme con mucha mucha espuma.
Pero me gustaría tener un Álvaro también...
Publicar un comentario