Me gustan tus camisas y me ponen tus orejas.
Eso decía la chica.
Pero él, con esas orejas tan bonitas, no la escuchaba.
Si esque a veces lo feo es útil,
pero lo bonito adrona.
Orejas, orejas, orejas. Me recuerda a cierto personaje de cierto libro de Chuck Palhniuk (me encanta estar escribiendo ésto con una de mis fotografías favoritas al lado).
2 comentarios:
¿Un frigopie?
Eres una obsesiva de los cuadros y las orejas monas y las narices grandes y me encanta eso.
Muack, y me gusta tu erizo.
Orejas, orejas, orejas. Me recuerda a cierto personaje de cierto libro de Chuck Palhniuk (me encanta estar escribiendo ésto con una de mis fotografías favoritas al lado).
Publicar un comentario