Tu cajón de discos estaba vacío.
Hoy tu lado de la cama estaba frío, y la cafetera no estaba encendida. La ropa no estaba tirada por los rincones, ni había colillas en el cenicero. No olía a zumo de naranja, ni las sábanas estaban enrolladas en tus piernas. Sencillamente no estabas. Y me sobraba sitio. La butaca por la que peleábamos ya no me resultaba atractiva, y hasta echaba de menos que se escucharan las noticias en la radio, cuando yo siempre quería poner música. No me apetecía ponerme el vestido verde que te parecía tan horrible, ni subir todas las persianas de golpe. Sólo quería hacer las cosas que nos gustaban a los dos, o las que te gustaban a ti. Pintar con las manos, hacer tortitas, ducharnos juntos, poner la almohada en los pies, beber ron, salir a la calle con paraguas aunque el sol brille, besarte en la frente, bailar con música de los noventa, y una infinidad de cosas. Pero hoy ya no estabas, tu cajón de discos estaba vacío, y supongo que el hueco de tu cuerpo que ponía mi nombre ya tiene polvo, y un eco enorme.
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9 comentarios:
para mí, uno de los mejores que has escrito en tu blog. quizá por qué te entiendo, quizá por que sabes expresarlo.
Tranquila, seguro que fue a por tabaco.
Si no vuelve te voy a hacer compañía.
ay madre
he empezado a leer me ha dado un no se qué y lo he dejado
chica, expresas muy bien eh
eso se quita con un plumero y un par de besos.
<3
dile que le presto a mi Mamut, que hace unas tortitas fantásticas. así al menos no tendrá hambre, aunque a ella no le apetezca hacerlas sola.
un pío
odio el lado de la cama que se queda frío con las ausencias. muás
Es de lo mejor que he leido ultimamente, y trasnsmite mucho al leerlo.
Volverá...
Es triste que un lado de la cama se quede vacío... Aunque triste, bonito texto. Te sigo!
ay nena actualiza esto que me encantan tus entradas y siempre quiero leer mas y maaaaaaaaaaaas
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