Lola estornuda agudo.

Nuestro estornudos configuraban el secundero de un reloj.
Ahora tú, ahora yo.
Tú, yo, tú yo, tú-yo, tú y yo.
Totalmente sincronizados gracias al polen.
Se te hinchaban los ojos, como si fueras a llorar.
Y a mí me apodaste Rudolf porque tenía la nariz como un tomate.
Y cuando me cogiste de la mano entre risas pensé:
¡Viva el inútil de mi alergólogo, la primavera, y los clínex!

4 comentarios:

Unknown dijo...

¡Has encontrado la parte buena de la alergia!

Miqui Brightside dijo...

En el metro muchas veces hay tanta gente que te mueres pero oye, tiene su encanto no me digas :)

Ulls de Gat dijo...

jajajajajjajaja como me ha gustado el polen , los estornudos y la rudolfnariz
me imagino la situación. jiji
tú eres alérgica? Yo mucho. Y ahora que es primavera, ni te cuento.
te sigo pero ya!

seres eléctricos dijo...

pau actualiza