Labios cortados.

Es diciembre. Hace frío y son las cinco de la tarde de un intenso viernes. Él, con su cazadora azul y sus zapatillas gastadas, espera en una columna, impasible, la llegada de ella. La chica, ataviada con una bufanda roja kilométrica, baja del bus a paso atropellado y ya no le quedan uñas por morderse. Joder, llego tarde. No para de repetirse esa frase en su cabeza. Ella es como el conejo blanco de Alicia , en cuanto a puntualidad y al color de piel, tan pálida como la nieve o la horchata. Al fin, le vé, y su cara se vuelve del color de la sangre y sus venas se encienden. Un beso tímido en la mejilla cierra el saludo. Caminar, caminar es lo siguiente  Conversaciones absurdas y cortantes, para romper el hielo y las bajas temperaturas. Un tío vivo y falso Papá Noel que reparte caramelos a los más pequeños rodean el banco en el que él, y a posterior ella, deciden sentarse. Una calle amplia por la que caminan miles de personas, bueno, quizá cientos. Pero ellos no ven al resto, ¡qué más dá! sólo se observan a ellos dos, ella en él como el único hombre de la tierra y viceversa. Y no saben cómo actuar. Hablan de todo lo habido y por haber, hasta de árboles frutales. Y como ya es habitual, se acaban las palabras, ya no queda nada que decirse. Los labios están cortados y las manos frías. Y él, se acerca. Instintivamente ella lo hace también, porque, al fin y al cabo,es lo que llevan pensando todo el tiempo y fingían conversar de manera interesada. O al menos, ella no es capaz de apartar su mirada de él. Menos en ese momento, en el que cierra los ojos y se deja a su merced. Y él también se rinde. Y ambos crean un vaivén de bocas anudadas y de flojos suspiros mientras suenan villancicos de fondo. Cuando se separan, es él el que se da cuenta de que llega tarde. Así que, mientras apuran el paso, ella de vuelta el bus, y él para llegar a la avenida principal, sus manos se entrelazan, y ya no están frías. Arden. Y en el último beso, en el momento justo de la llegada del autobús, los labios ya están suaves y los cortes, con el cariño de ambos, han sanado.

1 comentario:

Miqui Brightside dijo...

es curioso así todo junto, del tirón
pero me gusta me gusta :)