Torpimbécilo

Llueve, ha vuelto a llover.
Es mayo, y llueve.
Me encanta cuando llueve en primavera.
Huele a amapolas y a paraguas, todo a la vez.
Y al té de cereza de mamá.
Y a la chaqueta que él me dejó para no pasar frío.
Y yo le dejé el paraguas de lunares cuando me acercó a casa.
Le combinaba mucho con los restos de muffin que tenía en las mejillas.
A veces Carlos parece un niño pequeño, de esos niños tontos que comen por todos lados menos por la boca. A veces es muy torpe e imbécil.


Pero es mi torpimbécilo.

1 comentario:

Miqui Brightside dijo...

que pasada :)
ya era hora de actualizar!