Le gustaba abrazarla por donde sus costillas hacían escalera y susurrarle al oído cómo adoraba el aroma de su perfume, afrutado, y relajante.
Y decirle qué bonitos eran sus ondas por las mañanas, el cabello negro azabache, rebelde, sin ningún tipo de arreglo.
PUM.
1 comentario:
Los pelos despeinados se ven bonitos si son al levantarse entre sábanas arrigadas, si no, habría que verlo...
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